Comer
pescado siempre suele dar mucha pereza, sobre nos parece que lleva mucho más
tiempo prepararlo y cocinarlo que la carne. Pero esto no tiene por qué ser así.
Para
esta receta nos hace falta, además del pescado (obviamente), cebolla, sal, miel
y queso azul. Lo más fácil es que se sea del tipo untable, como el Philadelpia
(yo suelo comprar marca blanca, que es más barata).
Sacamos
el pescado a descongelar unas horas antes de cocinarlo. Picamos la cebolla en
pequeñito y la ponemos en una sartén con una base de aceite. Ponemos el
pescado con la sal encima y lo tapamos. Mientras tanto en un bol mezclamos el
queso con la miel, la cantidad dependerá de cuánta salsa queramos luego para
pringar.
Le
añadimos la mezcla a la sartén y lo dejamos a fuego medio durante unos 5
minutos. Si ves que se te está quedando la salsa muy pastosa le puedes añadir
un poco de agua.
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