Una vez que tienes espárragos en cantidad (al menos un manojo por persona y otro para la sartén) lo primero que hay que hacer es trocearlos. No te hace falta cuchillo, se hace a mano. Empiezas por la punta y vas partiendo todo el espárrago hasta que llegues a una parte del tronco que no te sea posible trocearlo sin tener que hacer un esfuerzo. Esa parte del espárrago no se utiliza porque quedará duro si lo cocinas.
En una sartén grande pones unos dos o 3 dedos de aceite de oliva y añades los espárragos. El principio no se cubrirán todos, pero no te preocupes porque luego menguan.
Lo pones a fuego fuerte y tienes los espárragos friendo un rato, hasta que se ponen tiernos. Mientras se están friendo es cuando le añadimos la sal al gusto.
Una vez que los espárragos lucen tiernos (unos 10-15 minutos dependiendo de lo gordos que sean)
le cascas los huevos encima y dejas que se pochen en el mismo aceite. Tardan un ratillo en hacerse (unos 3-5 minutos), así que no dejes que los espárragos estén demasiado hechos antes de poner los huevos.
Sabrás que están listos cuando lucen más o menos así:
Espero que lo disfrutéis tanto como nosotros!
