viernes, 17 de enero de 2014

ARROZ BLANCO



Básico para cualquiera que tenga que sobrevivir es saber hacer un arroz blanco, más que nada porque saca de muchos apuros y porque junto con la pasta es la base de la dieta de los estudiantes pobres y los mileuristas. Cada uno en su casa ha visto cocinar a su madre o abuela el arroz de una forma distinta. No hay reglas exactas en esto de la cocina y cada uno le pone su toque personal. Aquí voy a explicar la forma de hacer el arroz blanco que a mí me gusta.



Se pican unos ajitos en taquitos pequeñitos cuadraditos y se ponen a dorar en un cazo con un poco de aceite. Con están doraditos se le añade el arroz, las tazas necesarias dependiendo de para cuanta gente cocinemos, y se le da un par de vueltas en el fuego. 



Ahora es cuando se le echa perejil y una pastilla de caldo concentrado, o si no se tiene sólo sal. Se le añade agua muy caliente, siempre el doble de las tazas de arroz que hayamos echado. En cuanto rompe a hervir, que suele ser casi inmediato, se baja el fuego hasta dejarlo a fuego medio y de ahí esperamos veinte minutos.



El arroz no se remueve y tampoco se le añade más agua. Si vemos que se está quedando un poco seco bajamos el fuego, o si tenemos una cocina antigua eléctrica como la mía se puede incluso apagar y dejar que termine de cocinarse con el propio calor que desprende el electrodoméstico. Esta es otra forma de ahorrar: energía y en la factura de la luz.



Cuando vemos que el arroz está hecho lo apartamos del fuego y se le puede dejar reposar un poco cubierto con un trapo (limpio), aunque no es estrictamente necesario.

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